SAUL LEITER: REFLEJOS IMPRESCINDIBLES

A través de las marcas que dejan las gotas de lluvia que bañan aquel vidrio empañado, brota una incertidumbre que duele de bella e infinita. Un maravilloso mundo de tensiones y suspenso único, pintado por la cámara de Saul Leiter. Hoy, hace seis años, ya no firma más sus fotos.

“Me gusta cuando uno no está seguro de lo que ve. No sabemos por qué el fotógrafo ha tomado como una imagen. Si miramos y miramos, empezamos a ver y aún queda el placer de la incertidumbre. “

Saul Leiter.

Saul Leiter. Tren fines de los '50.
Saul Leiter. Tren fines de los ’50.

LA NEW YORK DE LOS ’50, SU MODELO FETICHE

Punto de vista perturbador, de ventanas escondidas, alturas, de actitud sospechosa y agazapada. Una especie de omnipresencia que está ahí donde no se ve mucho pero un todo está sucediendo. Un lente que agrieta la normalidad y frenesí de la Nueva York de los ’50 (donde parece recuperarse el sueño americano pre crack del ’29), con tensión, color y poesía.

Rain 1950, Saul Leiter.
Rain 1950, Saul Leiter.

Entre el ruido en blanco y negro, la intimidad de los taxis neoyorkinos y a través del filo de las puertas entornadas se erige la inmensidad de uno de los fotógrafos más grandes del siglo 20.

La intimidad y amor con el cual Saul Leiter se encarga de producir cada toma, vuelven más artesanal su obra. Cada detalle y elemento del cuadro parecen finamente seleccionados, volviendo increíble cada composición.

Barbara Dressing, 1951. Saul Leiter
Barbara Dressing, 1951. Saul Leiter

SAUL LEITER, EL PINTOR

Lo tardío de su reconocimiento como artista, lo convierte en un hombre de “culto”. Su obra de fragmentos expresa una profundidad que se va desplegando entre espejos, ventanas y puertas, en el más sustancial de los sentidos: como pudo haberlo descrito Gilles Deleuze.

Walking, 1956, Saul Leiter.
Walking, 1956, Saul Leiter.

El amor de Saul Leiter por la pintura lo ha llevado a hacer un viaje muy consciente entre los colores, al punto de ser considerado uno de los precursores de tomar la fotografía a color como una forma de expresarse artísticamente.

Paraguas rojos entre nieve, estaciones “Esso” en los paisajes urbanos y gente tomando café a través de la ventana de un auto amarillo. Múltiples son los ejemplos de encuadres y actores, aunque siempre conserva una misma constante: la fragmentación.

Café New York, fines de los '50, Saul Leiter.
Café New York, fines de los ’50, Saul Leiter.

“Pasé gran parte de mi vida siendo ignorado. Siempre me sentí muy feliz de esa manera. Ser ignorado es un gran privilegio. Así es como creo que he aprendido a ver lo que otros no ven y reaccionar a las situaciones de manera diferente. Yo simplemente miraba el mundo, sin esperar nada en concreto.”

Reflection, 1958. Saul Leiter.
Reflection, 1958. Saul Leiter.

EL MOMENTO ESTÉTICO LEITERANO

El momento de Leiter es aquel en el cual la justa mutilación de los elementos en la escena se nota, se percibe, es marca, es lenguaje, pero a su vez, esa notoria mutilación construye un sentido, un punctus, interpela todo ese conjunto con una capacidad estética alucinante. Se siente uno observando la obra de un artista con una impronta única. Uno siente que se encuentra frente a algo nuevo, poco usual. Que hay un espacio en el arte, un espacio amplio y muy delimitado a su vez, cuyo autor ha plantado una bandera atemporal y que trasciende la naturaleza del género.

Exacta, 1948, Saul Leiter
Exacta, 1948, Saul Leiter

Saul es un impresionista fijando Nueva York, París o la ventana de cualquier café perdido. Su cámara es la que espera a la salida de una tienda de moda. Es la que se se esconde del reflejo de un espejo recortado por el encuadre. Enmarca una escena callejera a través de la ventana de un auto.

La única referencia es el cuadro, la línea, el límite sacado de contexto. Todo está dentro de algo, contenido y a su vez ahogado. Y siempre, el afuera. El fuera de campo. La posibilidad de escape, de subversión, la tensión e incertidumbre. Es la lluvia que no moja pero empaña la ventana, distorsionando nuestro punto de vista. El hombre cuya pierna descansa en el asiento. Es Saul Leiter disparando la confusión de la que nadie puede no ser parte.

Canopi, 1958, Saul Leiter.
Canopi, 1958, Saul Leiter.

“Para construir una carrera y tener éxito, uno debe tener determinación, tiene que ser ambicioso. A mí me gusta beber café, escuchar música y pintar cuando me da la gana.”

Saul Leiter.